Este ritual se realiza para fortalecer la conexión espiritual que tienen con los camélidos, y se lleva a cabo en momentos clave como la temporada de esquila, el nacimiento de crías o la época de reproducción.
Los miembros de la comunidad llevan a los animales a un lugar sagrado, como una montaña o lago, y realizan ofrendas al son de cánticos tradicionales, que acompañan con instrumentos musicales como la quena o la zampoña.