La fibra de Vicuña, por ser tan fina, ha sido la causa de su desaparición a través de los siglos. Cuando esta fibra llegó a Europa y vieron que era mucho más suave que el Cashmere, la caza indiscriminada se descontroló, llevando a la especie al borde de la extinción.
Ahora, las Vicuñas son custodiadas por comunidades andinas, quienes no solo cuidan y preservan a la especie, sino que mantienen viva una invaluable tradición ancestral.